La casa de la calle ancha IV
El rosario
-¡Rosa! ¡Sal de ahí!
-La luz se extinguía... Sólo faltaban unas páginas... ¡Ya voy!
Sus ojos negros chispeaban mientras descifraba el enigma detrás de cada entrelínea, el acertijo en cada frase, la locura en cada verso.
-Están llamando al rosario.
El tono no admitía réplica. Rosa arrancó con cuidado y para siempre la última hoja del libro.
-Apenas es la primera, dijo apresurándose a buscar el rosario y separar los pétalos de un par de rosas para rociarlos de perfume.
-¿Has visto mi velo?
-No.
Abrevió una vez más su mirada antes de salir.
Todavía falta...
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