viernes, septiembre 12, 2003

Qué casualidad...

Según me cuenta mi abuela, era muy común en Huásabas prestarse el vestido de novia. Resulta que mi abuela paterna, después de usar el vestido, lo vendió a otra novia y así fue dando vueltas hasta que llegó a las manos de mi abuela materna. Osea, que mis dos abuelas se casaron con el mismo vestido. Y quien sabe que tantas vueltas más daría. ¿Quién se quedaría con él?

leia_y2k@yahoo.com

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