lunes, septiembre 12, 2005

convertido en mi contorno

Hoy tengo ganas de tomarme una taza de café. Pero no cualquier café. Café colado en un filtro viejo, pero usado todos los días, en una cafetera de peltre de color azul con manchitas blancas. Con agua puesta a hervir en una calentadera sobre la hornilla. En un rancho. Con una empanada y carne seca. Y que no se oiga a mi alrededor nada, pero nada más, que el murmullo del viento entre los árboles.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

ya me habia emocionado a invitarte una taza de café, porque yo tengo cafetera como la que describes, pero te pasaróa a deber: la empanada, la carne seca y el silencio ese que nomas hay en un rancho, no aqui en hermosillo, en la colonia santa fe...

Talya dijo...

>:*) Un café siempre es bienvenido. Pero no hay nada como tomárselo así... En el monte. ¿No?

Saludos!!!

Anónimo dijo...

Esa cafetera la pusimos a hervir Hace muy poquito en Puertecitos Baja California pero con una hollota de menudo (de Huasabas...bueno pues la vaca hera de Granados)sobre tres pidras y a la orilla del mar tempranito pobres gringos de la baja 1000 nomas se les caia la baba. Yo regrese con una rodilla fracturada pero el menudo? ...uta!!
saludos.